El cambio climático ya no es un problema de futuro: está afectando la inversión, financiación y gestión de activos inmobiliarios. En 2025, Europa ha registrado olas de calor, incendios e inundaciones que elevan los costes de los seguros y obligan a revisar los riesgos (La Vanguardia, 2025).
Propiedades antes seguras se vuelven inasegurables, difíciles de financiar o invendibles. Este es el verdadero coste de la inacción. Ignorar estos riesgos ya no es una opción.
Pero hay otra vía. Una gestión proactiva y con datos no solo reduce pérdidas, sino que crea resiliencia, recupera confianza y protege el valor. El sector inmobiliario se halla hoy en la encrucijada entre las amenazas climáticas crecientes y las soluciones innovadoras de resiliencia. El mensaje es claro: lo que no conoces, y sobre lo que no actúas, puede salirte caro.
Así es como los propietarios de inmuebles pueden aprovechar la tecnología para reducir los riesgos.
La crisis aseguradora del sector inmobiliario: un mercado al borde del colapso
Solo en 2024, Estados Unidos registró 27 fenómenos meteorológicos extremos con daños superiores a los mil millones de dólares cada uno, lo que supuso un total de 182 000 millones de dólares en pérdidas, según datos de la NOAA. Y no se trata de una excepción. En Europa, la situación también es preocupante: entre 2021 y 2023, los fenómenos meteorológicos extremos causaron más de 162 000 millones de euros en daños, según la Agencia Europea de Medio Ambiente.
Las aseguradoras están reaccionando. En lugares como California y Florida, grandes empresas como State Farm y Allstate han abandonado los mercados locales, alegando riesgos de incendios forestales e inundaciones. Incluso antes de que se produzcan desastres, las primas están aumentando.
En las zonas de alto riesgo, las aseguradoras ya no ofrecen cobertura a precios asequibles. Sin seguro, no es posible obtener una hipoteca ni alquilar un inmueble. Sin seguro no hay financiación, y por lo tanto no hay transacción. Esta reacción en cadena puede convertir rápidamente inmuebles de valor en activos varados.
Como dijo Roger Baumann, de Zurich Insurance, el sector está pasando de los precios históricos (modelos de +1,5 °C) a proyecciones de riesgo futuras alineadas con escenarios de +4 °C. Los edificios que no se adapten no solo serán más caros de mantener, sino que pronto podrían dejar de ser rentables para invertir en ellos.
El riesgo financiero de la inacción climática
Además del aumento de primas de seguros, la falta de adaptación impacta varios frentes estratégicos del valor inmobiliario.
1. Riesgo de devaluación
Los fenómenos climáticos extremos están reduciendo el valor a largo plazo de los activos. Un inmueble en una nueva zona inundable (por ejemplo, tras una DANA) ve disminuir su valor: este es un riesgo concreto que ya está aquí.
En España, esta devaluación es palpable. Aunque existen mapas de riesgos (MITECO), la falta de claridad en el mercado lleva a la sobrevaloración de las viviendas expuestas. El resultado es financiero y social:
- Cerca de 3 millones de personas viven en zonas con riesgo de inundación.
- Más de 81.000 viviendas hipotecadas se ubican en áreas de alta vulnerabilidad.
- En eventos extremos, la destrucción de activos puede superar el 20% en los municipios afectados, y el riesgo ambiental (como la erosión o la contaminación) ya ha provocado caídas de precios de hasta el 3% en zonas costeras.
Se trata de impactos reales y actuales, que exigen una corrección inmediata del valor de los activos.
2. Riesgo de liquidez
Los activos ilíquidos y poco resistentes tienen dificultades para atraer a inversores o compradores.
3. Riesgo de acceso al capital
El acceso al capital también se está convirtiendo en un problema, además de una oportunidad. Los inversores institucionales que asignan su capital deben cumplir criterios estrictos como parte de sus estrategias corporativas amplias. Y si los activos no están a la altura de esa estrategia, existe un riesgo de que se vean eliminados.
4. Riesgo de costes operativos
Las propiedades vulnerables y poco eficientes desde el punto de vista energético se enfrentan a un aumento de los costes de mantenimiento, remodelación y tiempo de inactividad. Pero los riesgos financieros van mucho más allá de los gastos operativos. Los fenómenos climáticos extremos causan cada año daños materiales por valor de miles de millones de dólares, lo que supone costes repentinos y enormes de reparación y reconstrucción para los propietarios. Aunque el activo esté intacto, la interrupción de infraestructuras (transporte, servicios) impide el acceso, causando pérdida de ingresos y problemas de ocupación.
Costes operativos y ROI
En cuanto al retorno de la inversión (ROI) de las iniciativas proactivas de mitigación y adaptación al cambio climático, el Instituto de Recursos Mundiales (WRI) ha estimado que cada dólar invertido en resiliencia climática puede suponer un ahorro de entre 2 y 10 dólares en pérdidas evitadas en el futuro. Además, el Banco Mundial ha descubierto que las inversiones en infraestructuras resilientes al clima pueden generar un rendimiento de 4 dólares por cada dólar gastado, al evitar la necesidad de reparaciones y reconstrucciones continuas.
Este es el creciente argumento comercial a favor de la resiliencia climática: no solo cumplimiento, sino inversión estratégica y ajustada al riesgo.
Aumenta la presión regulatoria y de los inversores
Marcos como la Taxonomía de la UE y ARESI (Aligning Real Estate Sustainability Indicators) están acelerando el cambio hacia un sector inmobiliario más consciente del clima. Exigen evaluaciones sólidas de riesgos climáticos, análisis de escenarios y divulgación de información con horizontes temporales de 10 a 30 años.
Las empresas deben ir más allá de informar: necesitan demostrar que gestionan activamente los riesgos. Los inversores, por su parte, priorizan carteras con objetivos científicos claros y planes de mitigación creíbles. El incumplimiento de estas normas y expectativas puede generar sanciones, daño reputacional o exclusión del mercado.
La buena noticia: si los riesgos son reales, también lo son las soluciones
Ante la mayor frecuencia de incidentes relacionados con el clima, un enfoque estratégico y combinado del riesgo climático físico debe formar parte de la solución para garantizar la resiliencia de las carteras.
La plataforma de sostenibilidad de Deepki ayuda a los propietarios a gestionar el riesgo mediante análisis basados en datos, mejorar el rendimiento financiero y cumplir con las normativas ESG. Deepki cuenta con la certificación ISAE 3000 Tipo 2, una garantía de fiabilidad y trazabilidad del proceso de datos con estándares de calidad comparables a los de la información financiera.
Un componente clave de la plataforma, la solución Resiliencia Climática de Deepki, ayuda a mitigar los riesgos físicos mediante un análisis avanzado de la exposición y la vulnerabilidad, simplificando la evaluación de carteras extensas. Esta funcionalidad es el primer paso para implementar las estrategias de adaptación necesarias.
Lea más sobre adaptación: Transforme oportunidades de modernización en resultados rentables.
Permite a equipos de riesgo, activos, identificar mejor oportunidades, riesgos climáticos, cumpliendo Taxonomía de la UE.
Al combinar datos geoespaciales sobre riesgos, análisis de IA y una profunda experiencia en sostenibilidad, la plataforma proporciona información útil en tres pilares:
- Exposición: ¿Dónde están más expuestos sus activos? Deepki mapea la exposición a riesgos climáticos como inundaciones, olas de calor, sequías e incendios forestales, utilizando datos de ubicación de alta resolución.
- Vulnerabilidad: ¿En qué medida es susceptible de sufrir daños cada edificio? Deepki evalúa las características físicas, los materiales de construcción, la antigüedad y el estado de mantenimiento de cada activo para modelar su vulnerabilidad a los impactos climáticos.
- Planificación de la resiliencia: ¿Qué medidas ofrecerán el mejor rendimiento? Expertos de Deepki recomiendan estrategias de adaptación (estructurales y energéticas) y permiten seguir su impacto y el ROI.
Impacto real: el caso de Ream SGR
El riesgo climático es un reto para carteras amplias, y supervisar los riesgos por activo puede ser complejo. Aquí entra Deepki.
Nuestra plataforma permite centralizar y visualizar los riesgos físicos y de transición, proponiendo medidas concretas de mitigación y facilitando evaluaciones rápidas frente a cambios normativos y climáticos.
Ream SGR, líder en gestión de inversiones, utiliza Deepki para supervisar riesgos y mejorar sus puntuaciones de sostenibilidad. Desde su adopción, han automatizado la recopilación de datos, mejorado las calificaciones GRESB e implementado medidas de mitigación que protegen el valor de los activos y la confianza de los inversores.
«Con la plataforma Deepki, tenemos la posibilidad de capturar y digitalizar todos los datos de nuestros activos, en términos de, por ejemplo, rendimiento energético o emisiones de gases de efecto invernadero, pero también de evaluar los riesgos físicos y de transición». – Jefe de Cumplimiento Normativo, Gestión de Riesgos y Lucha contra el Blanqueo de Capitales, Ream SGR
Hacer de la resiliencia una práctica cotidiana
Lo que está claro es que el riesgo climático ya no es «no financiero». Es un riesgo financiero y debe tratarse como tal. Los actores inmobiliarios deben integrar la resiliencia climática en su toma de decisiones diaria, asignación de capital y gobernanza.
También significa cambiar la mentalidad: pasar de reaccionar ante los desastres a anticiparlos y prevenirlos. De soluciones a corto plazo a creación de valor a largo plazo. De conjeturas a estrategias basadas en datos.
Deepki potencia la resiliencia inmobiliaria. Creemos que las personas, al adaptarse, son clave; los edificios no lo hacen por sí mismos. En un mercado donde la inacción aumenta costes, la acción es la única inversión segura.
Lea más sobre adaptación: construir inmuebles resistentes al clima.
Nuestros planes de acción incluyen una amplia gama de medidas: desde la instalación de barreras contra inundaciones y el uso de materiales resistentes al calor, hasta la mejora de los sistemas de drenaje y la reducción del carbono operacional. Los clientes también pueden priorizar medidas más sencillas, como el cambio a iluminación LED o la instalación de paneles solares.
Un desafío clave para los propietarios de carteras de activos es centrar su tiempo y energía en los activos de mayor riesgo. Ser intencional con esto es fundamental. Deben alinear las primas de seguro con datos de riesgo reales y colaborar con aseguradoras para clarificar estrategias de mitigación.
Si bien fomentar la resiliencia frente a los riesgos físicos actuales es esencial, invertir en mitigación es igualmente crucial. La adaptación y mitigación son esenciales. Hoy: proteger activos. Futuro: reducir la gravedad de los impactos climáticos, actuando juntos.
El momento de actuar es ahora
El sector inmobiliario se encuentra en la intersección de dos poderosas fuerzas: el cambio climático y los mercados de capitales. La primera se está acelerando. La segunda está observando.
Ya sea que gestiones una cartera de €10.000 millones o un solo edificio, lo que está en juego es lo mismo: proteger tus activos o arriesgarte a perderlos. Con el aumento de los costos de los seguros, la intensificación del escrutinio regulatorio y el aumento de las expectativas de los inversores, ahora es el momento de pasar de la conciencia a la acción.
La clave no es si el clima impacta tu cartera, sino tu preparación para adaptarte, proteger valor y aprovechar oportunidades.

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