Resiliencia

Dateenero 31, 2022

¿Qué es la resiliencia?

La resiliencia es la capacidad para planificar, responder y recuperarse de desafíos. En el contexto del mercado inmobiliario y su relación con el cambio climático, la resiliencia se extiende a la habilidad de un activo para adaptarse a la transición de forma justa y sostenible. Dado que el cambio climático afecta a los patrones meteorológicos, los desafíos medioambientales y sociales están aumentando en frecuencia, escala y coste. Aunque ya se ha determinado que el uso continuado de los combustibles fósiles incrementará el calentamiento del planeta y tendrá consecuencias medioambientales, económicas y sociales significativas, es difícil predecir con exactitud cuándo y con qué gravedad van a producirse estos efectos. No obstante, estos riesgos constituyen una amenaza inminente y se espera que afecten a organizaciones de la mayoría de sectores económicos. Sin embargo, estos riesgos también generan oportunidades importantes para aquellas organizaciones comprometidas con la resiliencia climática, con soluciones adaptadas y con la búsqueda de nuevos caminos que conduzcan a la neutralidad del carbono.

Los riesgos climáticos se dividen en tres categorías principales:

  • Los riesgos de transición se producen cuando se realiza la transición hacia una economía con bajas emisiones de carbono, en la que las organizaciones pueden verse enfrentadas a cambios considerables a nivel regulatorio, jurídico, tecnológico y de mercado para mitigar los riesgos y realizar las adaptaciones necesarias. Los propietarios/gestores de activos inmobiliarios afrontan diferentes niveles de riesgos financieros y reputacionales en función de la naturaleza y urgencia de dichos cambios. 
  • Los riesgos físicos que surgen como consecuencia del cambio climático pueden ser agudos (motivados por eventos concretos) o crónicos (cambios a largo plazo en los patrones climáticos). Estos eventos pueden tener repercusiones económicas en las organizaciones, en forma de daños directos a los activos o daños indirectos a las cadenas de suministro. El valor financiero de un edificio o activo inmobiliario se puede ver afectado por la disponibilidad, suministro y calidad del agua, la inocuidad alimentaria y cambios meteorológicos agudos que tienen impacto en la tierra, las operaciones, las cadenas de suministro y la seguridad. 
  • Los riesgos sociales se limitan a aquellos que son el resultado o que se han visto intensificados por factores de riesgo de transición o físicos. Los factores de riesgo social incluyen factores de conmoción o estrés, como desigualdad, alteraciones en el mercado laboral, escasez de vivienda y heridos y víctimas mortales durante eventos extremos.

Leer más: Entender mejor los distintos certificados medioambientales y las certificaciones para sus edificios

Puesta al día de las regulaciones

La amenaza que constituye el cambio climático para las empresas y los mercados financieros ya es una realidad. Para prevenir el riesgo y prepararse para los cambios venideros, los inversores inmobiliarios necesitan comprender mejor cómo identificar y evaluar tendencias, prepararse para posibles interrupciones y un entorno cambiante y desarrollar mayor resiliencia con el paso del tiempo. 

En 2017, el Grupo de trabajo sobre divulgaciones financieras relacionadas con el clima (TCFD, por sus siglas en inglés) publicó un informe en el que se establecían recomendaciones para ayudar a las empresas a divulgar información financiera relacionada con el clima. El informe recomienda a las empresas que comuniquen su gobernanza, estrategia, gestión de riesgos, métricas y objetivos con respecto a los riesgos y oportunidades relacionadas con el clima. 

La Taxonomía de la UE, publicada en 2020, incluye un documento técnico cuyo objetivo es proporcionar claridad a grandes sociedades y empresas de inversión sobre la naturaleza ecológica de diferentes actividades e impulsar financiación donde más se necesita. La taxonomía permitirá que los actores del mercado inviertan en oportunidades realmente sostenibles, evitando intentos de greenwashing o blanqueo ecológico. Los seis objetivos establecidos en la taxonomía son los siguientes: mitigación del cambio climático, adaptación al cambio climático, uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos, transición hacia una economía circular, prevención de residuos y reciclaje, prevención y control de la contaminación y protección de ecosistemas saludables.

Leer más: 4 buenas razones para integrar los criterios ESG en su estrategia global

Tendencias del mercado inmobiliario e infraestructuras

El calentamiento del planeta, producido por las emisiones de gas de efecto de invernadero, constituye una amenaza grave para la economía global y repercutirá de forma directa en el mercado inmobiliario. Si no se implanta una estrategia sólida de resiliencia, los inversores inmobiliarios y los gestores de activos continuarán estando expuestos a riesgos climáticos significativos e impredecibles.

El mercado inmobiliario ha experimentado un aumento considerable de la demanda de mayor asistencia, transparencia y regulación con respecto a las divulgaciones financieras, así como apoyos sin precedentes a acciones para combatir el cambio climático.

En octubre de 2021, el gobierno de Reino Unido anunció que a partir de 2022 será obligatorio que las empresas más grandes del país publiquen su información financiera relacionada con el clima, en línea con las recomendaciones del TCFD. Lo que comenzó como recomendaciones opcionales de divulgación ya forma parte de los marcos regulatorios de la Unión Europea, Singapur, Canadá, Japón y Sudáfrica. 

La Taxonomía de la UE, que constituye la base del Plan de acción sobre finanzas sostenibles, servirá de apoyo a nuevas regulaciones, ya que exigirá que las empresas de inversión publiquen la naturaleza ecológica de sus estrategias a partir de 2021 con un marco de referencia común. 

El acceso a información completa relativa a la gestión de riesgos por parte de inversores y gestores de activos abre la puerta a nuevas posibilidades de planificar e implantar resiliencia de forma efectiva. Ahora más que nunca, es fundamental que las empresas del sector inmobiliario no solo comprendan estos riesgos, sino que sepan reconocer y aprovechar las oportunidades para crear una economía global más fuerte y resiliente.